Jaime Hayon ha demostrado dominar el balance entre el arte y el diseño, las líneas entre estas disciplinas parecen desdibujarse en sus piezas, y es que su filosofía recae en que los objetos no solo tienen un propósito decorativo, sino también un valor artístico y emocional que va de la mano del sentido del humor.
Desde 2001 dirige su estudio en Valencia, España y desde entonces ha colaborado con las mejores firmas de diseño en más de una ocasión y desarrollado proyectos de interiorismo y arte. De hecho su exposición Mediterranean Digital Baroque en la David Gill Gallery de Londres, junto con la colección de baño que diseñó para ArtQuitect fueron los momentos clave al inicio de su carrera que lo llevaron hacia la proyección internacional.
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En 2020 rediseñó para la firma de cerámica Bosa algunos de los best sellers creados por él años atrás. También el florero Happy Susto, que creó para BD Barcelona, recientemente fue reinterpretado para volver como Happy Yeti, una versión igual de divertida que la anterior.
Algunos de sus productos más icónicos hacen alusión a expresiones teatrales y los gestos imaginarios del diseño, pero también representan de manera divertida el optimismo hasta de la mitología popular.
Las piezas poseen personalidad propia gracias a su alta dosis de color y sus patrones irregulares, y aunque son creadas bajo un contexto contemporáneo, logran ser atemporales, solo basta con mirar algunas de sus colecciones anteriores para reafirmar que su diseño sobrevive al paso del tiempo.
Actualmente es considerado uno de los creativos más vanguardistas a nivel global, de hecho la revista Times lo llegó a incluir en su lista de los 100 creadores más relevantes de nuestros tiempos y no es para menos, pues la ingeniosa capacidad de Jaime Hayon logra realzar cualquier espacio con solo una de sus piezas.