El sabor de la comida mexicana ha llegado hasta la República Checa a través de una cadena de comida rápida de larga tradición en Praga llamada Burrito Loco, pero no hablaremos de su oferta gastronómica sino de su colorida propuesta de diseño que refleja el folklore con un estilo refrescante y divertido.
Su aspecto es el de un auténtico restaurante de las calles de la Ciudad de México y es que la intención de la renovación de este proyecto fue trasladar el tema de la cocina mexicana al diseño de interiores, para llegar a convertirse en todo un referente de nuestras tradiciones.
El encargado de crear el concepto del lugar fue el estudio Formafatal que sin caer en el cliché, optó por incluir aquellos elementos que han caracterizado al país por décadas para hacer de Burrito Loco un punto que resultara un reflejo de la cultura mexicana para los residentes de Praga.
La figura de un cactus es el elemento principal y este aparece como grandes siluetas de metal en sus muros y como lámparas de pared, dominando por completo el interior, pero sin robar protagonismo a los típicos sombreros que este estudio multidisciplinario decidió utilizar como lámparas colgantes.
Para complementar la estética del lugar se integraron revestimientos de chapa ondulada en sus paredes para simbolizar las viviendas mexicanas, además de guirnaldas en el techo como alusión a las tradicionales fiestas.
La paleta de colores que se utilizó es vibrante, con grandes dosis de naranja y azul, mientras que su mobiliario de madera y metal es simple. En conjunto todos los elementos combinan de manera armónica creando una estética urbana.
Burrito Loco hace un homenaje al país no solo a través de su gastronomía, el restaurante brinda a sus comensales toda una experiencia de cultura y tradición a través de un diseño energizante.