Usar cubrebocas es una de las cosas más fáciles que las personas pueden hacer para prevenir la propagación del covid-19 y, sin embargo, es algo que muchísimos mexicanos se rehúsan a hacer. ¿Acaso es difícil o caro? No, en realidad la respuesta puede ser más simple que eso: un posible desorden mental.
En México se recomienda (más no se exige) el uso de mascarillas en áreas públicas. Y a pesar de eso, a mediados de año, salió la noticia de que había colonias en la Ciudad de México, donde sólo el 9% de la población usaba cubrebocas. Debido a esto, muchas personas han recurrido a la violencia para mostrar su desaprobación sobre estas libertades y aún así la gente prefiere arriesgarse.
Un estudio reciente realizado en Brasil puede ayudarnos a saber exactamente por qué algunas personas se resisten tanto a usar cubrebocas. Y no necesariamente es ignorancia o terquedad.
Investigadores de la Universidad Estatal de Londrina encontraron que las personas que informaron "rasgos antisociales", como bajos niveles de empatía y altos niveles de insensibilidad y asunción de riesgos, tenían menos probabilidades de cumplir con las medidas de prevención de covid-19, como usar un mascarilla y distanciamiento social.
En este caso, "antisocial" se refiere a los rasgos que suelen estar presentes en las personas diagnosticadas con trastorno de personalidad antisocial, que se define como "una disposición crónica y generalizada de ignorar y violar los derechos de los demás", según la Asociación Estadounidense de Psicología. Se caracteriza por comportamientos comunes como violar repetidamente la ley y explotar a los demás, y rasgos como el engaño, la impulsividad, la agresividad, el descuido imprudente por la seguridad de uno mismo y de los demás e irresponsabilidad. Las personas con la condición de salud mental a menudo carecen de culpa, remordimiento y empatía.
El trastorno también se conoce como "personalidad disocial, personalidad psicopática y personalidad sociopática". El trastorno de personalidad antisocial ocurre en aproximadamente el 1% de la población y es más común en hombres.
Los autores del estudio también sospechan que las personas que tienen bajos niveles de empatía y tendencias antisociales pueden tener menos preocupaciones sobre exponerse a sí mismas y a los demás a riesgos. Por estas razones, pueden actuar por su propio interés y participar en comportamientos que ponen a otros en riesgo de contraer el virus.
Otro pequeño estudio polaco encontró que las personas que demuestran la "Tríada Oscura" (un conjunto de tres rasgos de personalidad socialmente aversivos: narcisismo, maquiavelismo y psicopatía) tenían menos probabilidades de seguir medidas preventivas o cumplir con restricciones. Curiosamente, las personas que exhibían la "tríada oscura" también creían que eran altamente susceptibles al virus, pero carecían de "autoeficacia" para hacer algo al respecto.
Y un estudio separado sobre adultos de Estados Unidos encontró que aquellos que muestran altos niveles de rasgos antisociales eran más propensos a respaldar comportamientos que expondrían conscientemente a otros a numerosos riesgos.
Por otro lado, las personas que son empáticas creen que es su responsabilidad social aislarse, practicar la higiene de lavarse las manos y usar una mascarilla.
Y tú, ¿usas cubrebocas?