Uno de los icónicos sitios arquitectónicos de la Gran Manzana es sin duda la Apple Store de la Quinta Avenida, justo en la esquina de Central Park. Este gran diseño en forma de cubo de cristal por parte de Bohlin Cywinski Jackson fue en 2006 el símbolo millennial más importante que albergaría todo el legado tecnológico que dejó Steve Jobs.
En un esfuerzo de mezclar la historia e innovación del Apple de hoy, el jefe en diseño de la compañía, Sir Jonathan Ive, colaboró con los equipos de ingeniería de Foster + Partners para restaurar la emblemática tienda y hacerla más accesible.
“La tienda de la Quinta Avenida es y será una continuación de la visión que Steve tenía para Apple, su icónico cubo traslúcido sigue siendo uno de los sitios más fotografiados de la ciudad. El nuevo diseño tiene la intención de conservar el esqueleto original y crear una plaza que celebre la vibrante naturaleza de la ciudad de Nueva York", añade Ive.
Con este nuevo recinto público, los amantes del iPhone, MacBook y derivados, podrán disfrutar en un solo lugar la fotografía, la música, el arte, el diseño, los códigos y demás en un único epicentro subterráneo con tres accesos en medio de la jungla de concreto, empezando por el mobiliario urbano en forma de asientos que también funcionan como macetas de árboles interiores.
Sin duda, el atractivo principal son los nueve skylenses al ras del piso que ofrecen una vista de la ciudad como nunca antes. Se trata del mismo principio de un tragaluz, salvo que en esta ocasión el usuario interactúa con una perspectiva desde abajo. Además, estas ventanas redondas están diseñadas para absorber energía solar y funcionan como aislantes térmicos todo el año.
Al centro del cubo está la gigante escalera en forma de caracol, pero ahora reforzada con acero inoxidable y vidrio templado. Es aquí donde se aprecia la humildad de los materiales que, por su sencillo e innovador diseño, las luces naturales y artificiales crean ambientes completamente distintos para dar paso a varias tonalidades según las horas del día.
Sobre esta renovación, el director de Foster + Partners, Stefan Behling comentó: “Estamos inspirados en la versión original de la plaza abierta-subterránea, pero quisimos desmaterializar el techo de la tienda para inundar los interiores con luz. Los skylenses literalmente traen los cielos al sótano, borrando las líneas entre ambos niveles”. Sin duda este edificio ha reforzado su status de ícono en esta emblemática ciudad.