Cheetah Plains Lodge reinventa la arquitectura tradicional de estilo safari para crear una nueva experiencia con una construcción que contrasta las formas inorgánicas con el paisaje natural, conjugando elementos dispares que logran un equilibrio sublime.
Este ambicioso proyecto se ubica en la reserva de juegos Sabi Sand en el Parque Nacional Kruger en el sur de África. El proyecto es una obra arquitectónica del reconocido despacho sudafricano, SAOTA, mientras su interiorismo estuvo a cargo de ARRCC, firma del mismo grupo.
Como concepto principal se planteó combinar arquitectura sustentable de vanguardia con una estética primitiva afro minimalista para optimizar la experiencia de estar en el exterior. De la misma forma, los huéspedes pueden disfrutar de un contacto con la naturaleza inmediato y honesto.
El conjunto se divide en tres componentes privados principales, los cuales se conocen como las Plains Houses, asimismo las casas se integran por grupos de edificaciones de una manera orgánica y aparentemente desorganizada.
Cada una de las casas tiene cuatro habitaciones independientes y un patio central cubierto por una pérgola que complementa la planta abierta interior que incluye sala lounge, comedor, bar, cava y un cuarto familiar de TV. Las recámaras continúan con el mismo esquema de planta abierta y ofrecen un dormitorio, baño principal, un baño de visitas y vestidor. Cada Plain House tiene una terraza y un pabellón de acero que tiene una alberca con sistema de calefacción y que se ubica bajo la cubierta inspirada en el árbol Tamboti.
Los límites entre el exterior y el interior se diluyen al establecer una dinámica donde los huéspedes, más allá de ser solamente espectadores, se mezclan con el ambiente. Esta intención eleva a una mayor profundidad la interacción con los alrededores y la naturaleza en comparación de un lodge tradicional.
El diseño interior expone suavidad y textura, incluyendo muros de piedra, acero oxidado, concreto aparente y vidrio, generando ámbitos que se basan en acabados naturales y detalles sofisticados, y como parte de estos, la geometría sinuosa del acero negro en las chimeneas contrasta con las líneas rectas de la arquitectura. De la misma manera, las telas ricas en texturas, la piel avejentada y la madera se unen a los detalles finos en oro, bronce y negro.
A través del conjunto, se puede percibir y disfrutar de un sentido del lugar y una responsabilidad con el ambiente que se traduce en el uso y selección de materiales regionales junto con mobiliario y accesorios confeccionados por artesanos locales. Por lo tanto, las geometrías orgánicas se abstraen en patrones, formas y ritmos, los cuales simbióticamente integran esta extraordinaria experiencia.