Cada espacio puede ser un mundo, una convicción que tras su trayectoria como arquitecta Mariana Araiza ha formado a través del arte y técnica de proyectar, diseñar y construir.
Evocando a su infancia logra enlistar las actividades por las que mantenía cierta inclinación como lo son el baile, la música y el dibujo, desarrollando su lado artístico y creativo desde que era niña.
Durante su época de estudiante universitaria logró combinar sus estudios con su formación profesional colaborando en varios proyectos relacionados con la Licenciatura en Arquitectura.
“Cuando empiezas fundas un despacho tradicional, pero poco a poco me fui inclinando por el interiorismo comercial (retail) y residencial, y el diseño de mobiliario a los que destiné más tiempo y recursos”, compartió.
Junto con su hermano Jorge Adrián Araiza García Menéndez inició con el proyecto Factor Diez para seguir realizando entornos innovadores a través de la sinergia de creatividad, materiales y tecnologías.
Swarovski y Loccitane han sido unas de las marcas para las que ha trabajado durante esta contingencia, administrativamente los cooperativos grandes siguieron trabajando, adaptándose, planeando reaperturas y priorizando.
Por ello es importante trabajar cercanamente con cada cliente para llegar al objetivo que se desea.
“Se revisan tendencias, inspiraciones, el público al que va dirigido y se generan propuestas y un nuevo diseño específico para esa marca para que, al final, sea una herramienta para tu venta”, añadió.
Cuentan también con un laboratorio de diseño donde fabrican mobiliario de piezas únicas y personalizadas en carpintería y herrería como lo es un set monocromático navideño donde personalidades de la ciudad ya han capturado su postal.
Conforme su negocio crece, también lo hacen las responsabilidades y las satisfacciones por ver los resultados finales de cada obra.
Con el gran equipo que lidera trata de tener siempre una muy buena comunicación, considerando como un gran logro el conservar a todos los miembros durante este año complicado.