La visión vertical de José Murillo Karam

ARQUITECTURA

“No es un edificio, es un sistema de vida”, así se expresa el ingeniero cuando habla de Dioon Residencial. Con la plusvalía que ha ganado esta obra, demuestra por qué las ciudades deben apostar al desarrollo vertical.

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José Murillo Karam. Fotos: Carlos Dayan Aparicio.

Desde su oficina se puede ver la torre, justo desde el balcón donde están dos plantas con apariencia de palma; son realmente dioones, de las especies más antiguas de la Tierra. “Estas plantas se parecen mucho al proyecto”, asegura José, “en longevidad, persistencia, belleza, en esa esencia de conservar las cosas, de regresar a la naturaleza”.

Sobre el bulevar Ramón G. Bonfil se levanta Dioon. Su altura y elegancia contrastan con el entorno, como si no debiera estar ahí. “Si nosotros vemos el contorno de la ciudad, vivimos en un lugar semidesértico, en el que nuestra vegetación y fauna han sido afectadas. Nosotros, con este tipo de proyectos, tratamos de elevar el nivel de belleza, a través de excelentes vegetaciones, agua con cascadas y un pequeño lago, además de andadores y calles que crean un auténtico oasis”, describe.

Para Murillo, el desarrollo vertical es el futuro de una población que aspira a ser sustentable. “La zona urbana ha crecido muchísimo en Pachuca. La economía de los municipios y de los gobiernos no alcanza para sostener los servicios básicos individualizados. (Con este tipo de proyectos) le ahorramos al Gobierno mismo muchísimo dinero.

“En vez de ofrecer servicios a larga distancia, concentramos agua, luz, transporte y seguridad pública. En 70 metros de frente, tenemos controlado el acceso y salida de más de mil familias. Estamos dando empleo a más de 3 mil personas de mantenimiento, servicio, lavandería, jardinería, etc. Todo esto hace factible la posibilidad de tener un trabajo más cercano, más seguro y mejor pagado”, explica.

Según el ingeniero, la calidad de vida está en tener el mayor número de servicios y satisfactores al alcance, que se traducen en felicidad, alegría y paz. Dando por hecho que Dioon cumple ese propósito, existe un valor agregado en los departamentos: la plusvalía, que hasta antes de la pandemia había alcanzado un 100 por ciento más.

“Ese valor se ve reflejado con el tiempo, te da muchas garantías y una calidad de vida a la que aspiramos todos. Estás viviendo en el mismo espacio de una casa, pero con más beneficios. Un proyecto horizontal, a la larga, es más caro, cuesta más. Ya las economías no están para poder sostener esos grandes fraccionamientos o confinamientos fuera de la ciudad”, advierte.

Los deportes y la cultura convergen en Dioon con atardeceres bellísimos creados por el agua y la naturaleza. El entorno es de gratitud y confort. En la búsqueda de estos beneficios, el proyecto original ha sufrido adecuaciones; al principio se hablaba de mil 600 viviendas, pero ese número se ha reducido “para tener espacios adecuados y que todos tengan acceso a la misma experiencia. Hemos hecho cambios hasta arquitectónicos para darle más belleza”.

“El mejor beneficio de los proyectos es la competencia”.

CARACTERÍSTICAS

Dioon Residencial tiene un estilo moderno conservador. Tiene tanta variedad de departamentos como cuantas letras hay en el abecedario de la A a la I. En cada espacio se prioriza la vista con amplias ventanas. Para enfrentar el reto de la temperatura se usa cristal templado, doble por seguridad y para aislar sonidos y silencios. “Está pensado con los mejores elementos, tanto estructurales como arquitectónicos, para que vivas bien y tengas todo lo que requieres cerca de ti”. Murillo ha concentrado sus obras en el mismo perímetro. Muy cerca de Dioon está el hospital, la escuela y el hotel, creando un distrito de “satisfactores”.

Aquí una toma aérea del complejo:


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  • Elliott Ruiz