El arquitecto poblano ha sabido lo que quiere desde corta edad. Ahora nos platica de sus éxitos y cómo maneja los fracasos.
¿EN QUÉ MOMENTO SUPISTE QUE QUERÍAS DEDICARTE A LA ARQUITECTURA?
Yo creo que desde que nací ya era arquitecto. Mis juguetes favoritos eran Duplo y Lego, me divertía más armándolos que jugando con ellos después; eso y dibujar siempre fue mi pasión. Fui muy observador de cómo actuaba la gente en diferentes espacios y muy sensible ante las sensaciones que generaban. En algunos periodos dudé inclinarme más por el lado artístico o por la ingeniería, pero la verdad, creo que la arquitectura es el equilibrio perfecto. Siempre me la pasaba viendo libros y revistas de arquitectura, estudiaba los planos y los comparaba con los espacios de mi casa. Mi primer proyecto real fue precisamente el de una casa, empecé a hacer propuestas cuando tenía nueve años. A los 13 años tomé algunas clases de la carrera de arquitectura en la IBERO y así tuve las herramientas necesarias para que a los 15 años finalmente se construyera la casa que había diseñado, fue mi primer proyecto, así que no hay duda de que siempre quise hacer esto.
¿TIENES ALGUNA ANÉCDOTA DE PEQUEÑO RESPECTO A TU PROFESIÓN?
De chiquito no sabía que existían los arquitectos, creí que solo eran los albañiles, así que cuando me preguntaban qué quería ser de grande, yo no decía que astronauta o bombero, yo quería ser albañil. Siempre me dio mucha curiosidad meterme a las obras, me hacía amigo de los albañiles y me enseñaban hasta a poner ladrillos, pasaba horas platicando con ellos y cuando llegaban los arquitectos, me mostraban los planos.
¿CUÁL CREES QUE ES EL ELEMENTO MÁS IMPORTANTE EN LA ARQUITECTURA?
Yo creo que es el equilibrio entre lo racional y lo emocional. Por un lado que sea funcional, práctico y económico, no en el sentido de barato; sino de eficiente en cuanto a recursos y espacios. Además, como está el mundo en la actualidad, no estamos para desperdiciar, así que creo que la economía en el uso de materiales y del aprovechamiento de espacios es esencial. Por otro lado, no se debe de perder de vista nunca la parte emocional y sensitiva de los espacios, el trabajar con las texturas, temperatura, colores y luz para que el espacio te haga sentir bien, independientemente de su estilo.
¿CUÁL CONSIDERAS QUE HA SIDO UNO DE TUS MAYORES LOGROS?
Justo un proyecto de los que me encuentro desarrollando, Quore. Convencer a un desarrollador de este nivel de darle la tarea a un joven de 25 años -en ese momento tenía esa edad- ha sido de mis mayores logros, fue un concurso que gané. Supongo que algo hice bien para generar esa confianza, transmitir mi capacidad de alguna manera y que así accedieran a poner el proyecto en mis manos. Es un proyecto muy especial para mí, aunque cada uno representa un reto distinto y todos han sido muy interesantes.
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¿CÓMO ENFRENTAS LOS FRACASOS?
Con prisa, o sea generalmente cuando algo así sucede, intento rápidamente entender porqué sucedió, aprender la lección y seguir adelante sin lamentarme. Lo principal es entender que el contexto no lo podemos modificar y así enfocarme en lo que sí está en mis manos corregir. He perdido concursos, hubo proyectos que se cancelaron a la mitad del camino y otros que acabaron modificándose en obra. Esas son situaciones que veo y me duelen por el trabajo y el cariño que les dediqué, pero de cada experiencia se aprende. Las cosas no siempre salen como queremos, pero es importante ver el lado positivo, yo creo que es la única manera de ver las cosas. Hay que ocuparse y dejar de preocuparse, si algo salió mal se resuelve y sigues adelante.
TIENES Y HAS DESARROLLADO PROYECTOS GRANDES ¿TE CONSIDERARÍAS UNA PERSONA AMBICIOSA?
Sí. He tenido que aprender a dejar de hacerlo, pero antes era demasiado perfeccionista. Soy bastante competitivo conmigo mismo. Me gusta destacar no como un tema de ego, sino porque me gustan los retos, me gusta darme cuenta de lo que soy capaz de hacer y me gusta alimentar la ambición de mejorar cada día con nuevos proyectos. Estos retos no llegan solos a menos que tengas esa necesidad y esa sed de mejorar. Además, debo aceptar que se siente bien cuando las personas llegan, conocen el proyecto y me dicen que les encanta, que les hace sentir a gusto el espacio.
SI NO FUERAS ARQUITECTO ¿A QUÉ TE ESTARÍAS DEDICANDO?
Creo que tendría que estar relacionado con la arquitectura, es difícil dedicarse a otra cosa cuando hasta mi hobby es la arquitectura. Podría trabajar más mi parte artística, se me ocurre también ingeniería civil, o ya si de plano tengo que irme por otro camino sería fotógrafo de National Geographic, me encanta la naturaleza, así que seguro también eso me haría muy feliz.