El Amaranto, es una semilla pequeña utilizada principalmente en la cocina mexicana pues posee múltiples propiedades saludables, así como el maíz y el frijol. Actualmente se encuentra considerada dentro de los 36 vegetales con mayor potencial alimenticio por su alto valor nutricional, su riqueza mineral y proteica; así como su contenido en calcio y vitaminas B y C.
El grano de amaranto, contiene un 16% de proteína, es decir; un porcentaje mayor al de los cereales tradicionales como el maíz, el arroz y la avena. Pero lo que lo hace aún más extraordinario es el valor biológico de sus proteínas, ya que incluyen todos los aminoácidos esenciales en una proporción óptima para ser asimilados.
El componente principal de esta semilla son los hidratos de carbono, la gran mayoría de los cuales se encuentran en forma de almidón y no vienen acompañados de gluten como ocurre en otros cereales, por lo cual también es recomendado en personas diabéticas. Su consumo en nuestro país es muy popular, la “alegría” es un dulce típico de México, sin embargo; también es utilizado en la preparación de mazapanes, harinas, atoles, galletas, pan, agua, en la granola, así como en los empanizados y en muchas recetas más.
Se puede consumir tostado, hervido, en forma de harina o germinado, y puede servir para preparar recetas tanto dulces como saladas. Su semilla desprende un olor intenso cuando se cocina y su sabor es acentuado, por lo que algunas personas prefieren mezclarlo con otros cereales o legumbres para suavizarlo. El consumir amaranto junto con un estilo de vida saludable, puede ayudar a prevenir muchas enfermedades, regular los niveles de colesterol sanguíneo e impedir su reabsorción.
También, a través de su combinación de calcio, magnesio y fósforo ayuda a fortalecer el sistema óseo, contribuye a prevenir la osteoporosis y a fortalecer los huesos y músculos. Tiene propiedades anticancerígenas previniendo el crecimiento de las células tumorales, disminuye la presión arterial, ayuda a perder peso al tener un alto contenido de fibra y un bajo aporte calórico causando sensación de saciedad y evita la diabetes y la hipertensión. Además, nos va a ayudar a cuidar y reparar los tejidos del organismo, esto incluye los diferentes tejidos de los ojos, que son uno de los órganos más delicados de nuestro cuerpo y el que más se ve afectado por el paso de la edad.
Su consumo es recomendado principalmente para aquellas personas que realizan gran desgaste físico, así como para los estudiantes y personas que realizan actividades intelectuales. Ya que su bajo índice glucémico lo convierte en un buen alimento para el cerebro. Sus hidratos de carbono complejos, la fibra vegetal y sus proteínas contribuyen, en conjunto, a facilitar un suministro constante de glucosa a las neuronas. Finalmente, otra de las ventajas que tiene el consumo de amaranto es que es una fuente de proteínas más barata que el pescado o las carnes. De este modo, incorporándolo en nuestra dieta una o dos veces por semana, conseguiremos ahorrar y al mismo tiempo cuidaremos de nuestra salud.