Nos encontramos en la primera mitad del mes de septiembre, donde científicamente está comprobado, se desarrollan más fenómenos meteorológicos de alto impacto por la temperatura de la tierra.
Sin embargo, la temporada de huracanes de este año ha tomado un rumbo impredecible, dejando a meteorólogos y científicos desconcertados, ya que la intensidad que tenían prevista de lluvias no coincide con sus pronósticos
La temporada de huracanes no ocurre como se pronosticaba
Los científicos consideran que las primeras semanas de septiembre son el pico máximo para que los huracanes se desarrollen, pero desde mediados de agosto que estuvieron vigilando “Ernesto”, huracán que impacto en la costa este de Estados Unidos, no ha habido desarrollo de un fenómeno meteorológico, como lo tenían previsto.
En sus pronosticos, prevenian que la temporada de huracanes 2024 sería una de las más intensas y se esperaba que trajeran lluvias intensas que son beneficiosas para algunas regiones agrícolas.
Sin embargo, han reportado una inusual temporada de huracanes que ha estado marcada por condiciones atmosféricas extremas, resultado directo del cambio climático impulsado por la contaminación derivada de los combustibles fósiles, según expertos.
Esta situación, además, podría ser una "ventana" al comportamiento más impredecible de las tormentas en el futuro, señala Matthew Rosencrans, pronosticador principal del Centro de Predicción Climática de la NOAA.
Tormentas tropicales previstas para septiembre 2024
Para septiembre de 2024, se espera que México enfrente una actividad intensa en cuanto a tormentas tropicales, según los pronósticos meteorológicos.
Este mes, que se encuentra en plena temporada de huracanes en el Atlántico y el Pacífico, podría traer consigo condiciones climáticas adversas para diversas regiones del país.
Actualmente, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) mantiene un monitoreo constante a la tormenta tropical “Francine”, la cual provocará lluvias intensas en varios estados del país.
La tormenta tropical se localizó 155 kilómetros al este de Boca de Catán, Tamaulipas y a 205 km al sur-sureste de la desembocadura del río Grande, frontera entre México y Estados Unidos de América.
Este fenómeno afectará con lluvias en Tamaulipas y Veracruz, el oriente de Nuevo León, en San Luis Potosí, y con lluvias aisladas en Coahuila.