La primavera 2025 llegó con mucha fuerza y México enfrenta una de las olas de calor más intensas registradas en los últimos años, pero, ¿cuáles son las zonas que corren más peligro en estos casos?
Sabemos que esta temporada puede ser muy complicada para muchas personas, y por ello, es necesario extremar las precauciones para evitar problemas serios de salud como deshidratación.
¿Cuánto durará la segunda ola de calor?
Según los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), del 21 al 27 de abril se prevé una semana sofocante, con valores que podrían rebasar los 45 grados Celsius en algunas zonas del país.
Este fenómeno climático, provocado por un sistema anticiclónico que inhibe la formación de nubes y lluvias, genera condiciones atmosféricas secas y despejadas, propiciando un ascenso sostenido de las temperaturas.
Se trata ya de la segunda ola de calor en lo que va del año, y promete romper récords térmicos en diversas regiones.
¿En qué estados hará más calor?
De acuerdo con el reporte oficial de Conagua, al menos 20 entidades se verán fuertemente afectadas por este episodio térmico.
Estados como Nuevo León, Tamaulipas, Morelos, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas están entre los más vulnerables, con máximas que podrían superar los 45 °C.
En un segundo nivel, se esperan temperaturas de entre 35 y 40 °C en gran parte del occidente y el centro del país: Jalisco, Colima, Sinaloa, Nayarit, San Luis Potosí, Veracruz, Puebla, entre otros.
Incluso en zonas donde el calor suele ser menos extremo, como la Ciudad de México y el suroeste del Estado de México, se anticipan valores que oscilarán entre los 30 y los 32 °C, lo cual, acompañado de la baja humedad, genera una sensación térmica aún mayor.
¿Por qué ocurre esta ola de calor?
Esta ola de calor no es novedad, pues su frecuencia sí ha aumentado en los últimos años. Los expertos del SMN explican que la actual ola de calor está impulsada por una circulación anticiclónica en niveles medios de la atmósfera.
Es decir, se trata de un fenómeno que actúa como una “burbuja” de calor, atrapando aire caliente sobre una región y bloqueando el desarrollo de nubosidad o lluvias.
Este efecto, sumado al calentamiento global y a la urbanización creciente de muchas ciudades, intensifica el impacto en zonas habitadas, elevando no solo la temperatura ambiente, sino también los riesgos para la salud pública.