Vivir un lugar como la Ciudad de México es complicado, porque no solo hay que lidiar con la violencia y el tráfico, sino también con el riesgo que conlleva un lugar con tanta actividad sísmica y volcánica.
Y es que, es imposible olvidar los terremotos que sacudieron a la capital en 1985 y 2017, los cuales han marcado la historia del país. Sin embargo, ¿existe el riesgo de que un megasismo pueda ocurrir en los próximos años? Esto es lo que sabemos.
¿Por qué ocurren sismos en la Ciudad de México?
Uno de los factores que contribuye a la actividad sísmica en la capital es su ubicación en el Eje Neovolcánico Transmexicano, una zona de gran actividad geológica.
En entrevista para Medio Tiempo, el doctor Víctor Hugo Espíndola Castro, especialista del Servicio Sismológico Nacional (SSN) reveló que la deformación continua de la corteza terrestre en esta región es responsable de la presencia de numerosas fallas. "Los desplazamientos entre estas fallas pueden estar asociados a actividades geológicas dentro de la misma Ciudad de México", explicó.
Además, la actividad sísmica en la capital no solo está vinculada a las fallas locales. La proximidad de la ciudad a otras zonas de alta actividad sísmica, como la costa del Pacífico, también representa un riesgo.
En particular, la llamada brecha de Guerrero es una región de preocupación para los sismólogos debido a la acumulación de tensión en las placas tectónicas.
¿Cuál es el riesgo de un megasismo en la CDMX?
El doctor Espíndola subrayó que la Ciudad de México sí está en riesgo de experimentar un sismo de gran magnitud en algún momento debido a las características geológicas de la región.
"Existen múltiples fallas en la zona, algunas de las cuales han provocado sismos significativos en el pasado", comentó. Un ejemplo es el sismo que sacudió Acambay, una localidad a unos 60 km al norte de la capital, hace más de un siglo. Este evento tuvo una magnitud cercana a 7 y causó daños considerables en la región.
El especialista agregó que, aunque un sismo de gran magnitud en la Ciudad de México no sería tan devastador como un evento en la falla de San Andrés en California, podría tener un impacto importante debido a la alta densidad de población y las condiciones del suelo en la cuenca de México, que amplifica las ondas sísmicas.
A pesar de la incertidumbre sobre cuándo ocurrirá el próximo gran sismo, el doctor Espíndola destacó la importancia de seguir preparándose y participando en ejercicios como el Simulacro Nacional. "No podemos predecir un sismo, pero sí podemos estar mejor preparados para responder ante uno", concluyó.
La brecha de Guerrero y la falla de San Andrés: ¿una amenaza constante?
La brecha de Guerrero es una de las áreas más monitoreadas en México debido a su historial de terremotos. Situada en la costa del Pacífico, esta región ha sido el epicentro de varios terremotos significativos a lo largo de los años.
Según el doctor Espíndola, los científicos esperan que en algún momento esta zona vuelva a liberar energía en forma de un gran sismo, aunque no hay forma de predecir exactamente cuándo ocurrirá.
Por otro lado, la falla de San Andrés, que atraviesa California y se extiende hasta el norte de México, es otra estructura geológica de gran interés para los sismólogos. Al igual que en la brecha de Guerrero, la falla de San Andrés es capaz de generar terremotos catastróficos, pero los expertos aún no han desarrollado una tecnología que permita predecir estos eventos con precisión.
El doctor mencionó que en ambos casos, tanto en la brecha de Guerrero como en la falla de San Andrés, los científicos utilizan tecnología avanzada, como sistemas GPS de alta precisión, para estudiar la deformación de la corteza terrestre.
Aunque estos métodos han demostrado ser útiles para identificar patrones de deformación, aún no permiten predecir con exactitud cuándo ocurrirá un terremoto.
¿Lo sabías?