Ahora que han llegado las lluvias, muchas personas imaginan que el tema de la escasez de agua podría resolverse próximamente. Sin embargo, la cantidad de agua necesaria para revertir este problema no es tan pequeño como te lo imaginas.
Las lluvias torrenciales desencadenadas por la tormenta tropical Alberto han dejado su huella en más de veinte estados de México, impactando principalmente en Nuevo León, Tamaulipas y Veracruz, pero eso no quiere decir que la escasez de agua esté por resolverse.
¿La lluvia resolvería el problema de escasez de agua?
Como seguramente lo han visto, la tormenta tropical Alberto hizo su llegada a México y, aunque afectó varias zonas del país, también ha despertado mucha esperanza, especialmente en relación con los niveles de las presas y sistemas de abasto de agua, que enfrentan serios problemas debido a la sequía en diversas regiones.
Sin embargo, la opinión de los expertos nos invita a un análisis más profundo y realista sobre las implicaciones de estas precipitaciones, pues un problema tan grave como el que enfrentamos en México, no podría resolverse en tan solo unos días.
Y es que, a pesar de que la tormenta trajo lluvias constantes durante más de una semana, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sostienen que esto no será suficiente para resolver la crisis hídrica de inmediato.
Según Saúl Arciniega Esparza, académico de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, es crucial entender el contexto histórico de las sequías en el país para dimensionar el desafío actual.
Desde 1984, México ha experimentado episodios de sequía con diferentes grados de severidad. Los años 2011 y 2012 destacan por haber enfrentado una de las más intensas y prolongadas sequías, extendiéndose por dos años consecutivos.
Posteriormente, entre 2016 y 2017, aunque los periodos secos fueron menos extremos, la precipitación promedio continuó estando por debajo de lo normal. Estos datos subrayan la naturaleza cíclica de las sequías, las cuales afectan tanto a regiones secas como a aquellas más húmedas.
La clave para entender la verdadera magnitud de una sequía radica en la duración e intensidad de las lluvias necesarias para revertirla. Arciniega Esparza enfatiza que se requieren lluvias intensas durante varios años para poder erradicar completamente la sequía.
Además, es fundamental que tanto la temperatura como la evapotranspiración, que influye en la pérdida de agua por evaporación y transpiración de las plantas, no presenten cambios significativos.
En conclusión, aunque las lluvias provocadas por la tormenta tropical Alberto han traído un respiro temporal a algunas regiones de México, la solución a la sequía requiere un enfoque a largo plazo y sostenido. La clave está en la combinación de lluvias constantes, manejo adecuado de recursos hídricos y la utilización de tecnología avanzada para monitorear y predecir estos fenómenos.
Es cierto que las tormentas pueden traer alivio momentáneo, pero la verdadera solución radica en la resiliencia y adaptación de nuestras prácticas y políticas frente a los retos del cambio climático y la variabilidad hídrica.
¿Lo sabías?