Viniendo de una familia muy unida conformada en su mayoría por mujeres, Paulina Berumen sabe lo valioso que es el apoyo entre hermanos.
Los niños han sido siempre una bendición en su núcleo, por lo que recibir la noticia de que ella y su esposo Francisco se convertirían en padres fue una sensación indescriptible.
“En mi casa somos súper niñeros entonces para mí si fue un sueño el ser mamá y cuando me dijeron que era niña moría de la emoción”, confesó.
El nombre que concedió a su primera hija fue Paula, un distintivo que se asemeja al propio y al que siempre le guardó un cariño especial como el que ahora siente por sus bebés.
Buscando una hermanita para su pequeña, después de dos años llegó Niza para acompañarlos en este camino donde el amor y la felicidad se incrementaron.
Poco tiempo pasó para dar la bienvenida a Francisco, el primer niño de sus descendientes que vino para complementar su papel como madre en un tiempo donde empezábamos nuevos retos como la cuarentena y el homeschooling.
“Mis hijos están apegados a mi, cuando entró la pandemia Paquito tenía un mes así que me he dedicado mucho a ellos estos meses”, compartió.
Este tiempo en casa lo disfrutan horneando pasteles o cocinando pasta, colorear o hasta hacer competencias de dibujos que ellos mismos realizan.
Paulina hoy goza de esta etapa maternal pero siempre tiene muy presente a su mamá llamada María a quien agradece el apoyo que siempre le ha brindado.
Además reconoce valores que le inculcó como son el amor incondicional y la hermandad, un ejemplo que predica para preservar generacionalmente esta dicha.
“Los amo con todo mi corazón y siempre voy a estar con ustedes, ojalá que sean unas personas súper buenas en esta vida, que puedan seguir con el ejemplo que trato de darles yo y luchen por sus sueños, siempre van a tener mi apoyo incondicional”, finalizó con este hermoso mensaje a sus tres más grandes tesoros.