“Ser mamá debe ser una decisión”, asegura. “Porque es difícil, es sacrificio, esfuerzo, entrega, no es algo sencillo”. Para ella, no existe un papel preestablecido ni para las mujeres ni para las madres en el que se defina si alguien es buena o mala. “Todas hacemos lo que podemos con lo que tenemos”, dice.
Como feminista, Alessandra considera muy importante que las mujeres sean independientes económicamente y que trabajen en su autoestima. “Eso nos va a ayudar a combatir las desigualdades de las que somos objeto y la violencia que vivimos todos los días y que hemos sufrido a lo largo de nuestras vidas, y que se han venido repitiendo de generación en generación”.
Ella educa a sus hijos sin roles de género, sin estereotipos. “Yo creo que tenemos que enseñar parejo, haciéndoles ver que, tanto niñas como niños son capaces de lograr lo que se propongan, de ser valientes, de ser libres, de amar a quien decidan y lograr ser quien decidan”, afirma.
La diputada del Partido Verde logra el equilibrio estableciendo prioridades y entrelazando sus múltiples responsabilidades. “En momentos específicos, por supuesto que estoy con mis hijos, sobre todo cuando son temas sumamente relevantes. Ser empresaria me llena, me satisface; así puedo dar un ejemplo a mis hijas de que se puede lograr lo que uno se propone”.
El activismo es su sueño, su lucha, y también le sirve para dar un ejemplo a sus hijas e hijo “de la realidad que vivimos las mujeres en este país, de la realidad que vivimos como planeta y la destrucción y el abuso que se le ha dado al medio ambiente, a nuestro único hogar. Finalmente los más afectados no estamos siendo solo nosotros, sino también las futuras generaciones”, lamenta.
Antes de la pandemia, cuando llevaba a su hija mayor a la escuela, Alessandra iba recogiendo basura junto a ella y le iba explicando su lucha en el activismo. “También me ve yendo a las marchas, ayudando a las mujeres todos los días. Me escucha, me pregunta y le contesto”.
Como madre, su mayor satisfacción es ver a sus hijos realizados y felices. “He sacrificado mucho al día de hoy… el ser violentada, el que te señalen y te juzguen; es el sacrificio que se paga por seguir tus ideales y luchar contra todo un sistema machista. Pero todo vale la pena para dejar un mejor mundo para las futuras generaciones”, finaliza.