"Feminista y rebelde": Gabriel Weisz, hijo de Leonora Carrington habla de su madre

CULTURA

El hijo de la artista y escritora británica nos platicó de su libro "El cuadro invisible", en el que revela íntimas memorias.

COMPARTE ESTA NOTA
Leonora Carrington.

Este año se celebra el décimo aniversario luctuoso de una de las artistas más importantes del surrealismo: Leonora Carrington. La escultora, originaria de Reino Unido, murió el 25 de mayo de 2011 en la Ciudad de México, lugar al que llegó en 1942 para exiliarse de la persecución nazi que sufrió junto a una de sus parejas, el pintor alemán Max Ernst.

 Él fue quien la introdujo al mundo del surrealismo, donde se ganó un lugar por si sola. “Hay memorias que mencionan que mi mamá fue influida por Max Ernst, pero eso no es del todo cierto, ella también influyó en él. Tenían una relación creativa bastante importante y ambos se nutrían el uno al otro”, nos dijo Gabriel Weisz, hijo de la artista. 

Nuestro país fue la casa de la también escritora hasta el día de su muerte, fecha que Gabriel, nacido del matrimonio entre ella y el fotógrafo húngaro Emérico Weisz, reconoce como uno de los momentos y de las experiencias de vida que más trabajo le han costado superar. Él tenía una relación muy estrecha con su madre y fue por eso que tomó este libro como una oportunidad de llevar un duelo.


 El escritor y profesor de la UNAM decidió plasmar las memorias de toda una vida junto a su madre en el libro El cuadro invisible, el cual acaba de ser reeditado en inglés para llevar el legado de su madre a Inglaterra, su país de origen. 

En esta entrevista nos platicó que busca reivindicar la imagen de la artista, quien ha sido llamada “hechicera” o “bruja”, debido al misticismo de su obra, así como por el ocultismo, la brujería y la alquimia, artes oscuras en las que estaba interesada. “Decidí escribirlo porque me di cuenta de que ya se habían escrito cosas de ella que me parecieron inapropiadas y superficiales, que no retrataban lo que Leonora en verdad era como artista”, aseguró.

 Según Gabriel, los adjetivos que pone la gente a la escultora no la describen como era en realidad y solo buscan crear un personaje mítico que no existió. “Mi mamá era una extraordinaria pintora, escritora y escultora, además de ser rebelde, feminista y una mujer real”, nos dijo. Y es que, además de ser una de las máximas exponentes del arte surrealista, Leonora plasmó en sus pinturas pensamientos feministas que la catalogaron como uno de los iconos del movimiento en su época y en la actualidad.

La artista británica jamás quiso ser la musa de nadie y se abrió camino en un círculo intelectual dominado por hombres, en el que ella se desarrolló y con el que creó una comunidad de refugiados de la guerra que se reunían en su casa de la colonia Roma. Importantes artistas como Remedios Varo y André Breton pertenecieron a él. 

“Había una comunidad de refugiados de guerra, difícil de explicar, una especie de grupo de amigos que se reunían para hablar de libros, arte y política. Crecer con eso fue muy formativo para mí”, dijo Gabriel. La rebeldía de Leonora comenzó desde la juventud, de acuerdo con su hijo, pues aunque la artista fue educada en un colegio de monjas, tuvo siempre muy presente que no quería una vida convencional y se rebeló contra las ideas tradicionales de la sociedad que dictaban lo que una mujer de su época supuestamente debía de cumplir. 


“Mi mamá vivió la libertad cuando se fue a estudiar pintura a Florencia, eso no le gustó para nada a mi abuelo, pero ella siempre siguió sus convicciones”, contó su hijo. 

Asimismo recordó que “era una mujer rebelde que no se dejó subyugar por nadie, ni por los surrealistas, ni por nadie más. Siempre tuvo su propia personalidad y no quería ser definida”. 


De acuerdo con el escritor, su mamá jamás quiso que se escribiera una biografía de ella, porque no le gustaba que la encasillaran. Gabriel también nos habló de la relación estrecha que tenía con Leonora, que lejos de ser la de madre e hijo, se trataba de una amistad muy fuerte, ya que la artista no lo educóa él ni a su hermano Pablo en un ambiente de obediencia ni superioridad. “Teníamos una relación igualitaria y había mucha comunicación, se podía hablar de cualquier tema con mucha libertad”, recordó. 

Con respecto al duelo que ha vivido por la pérdida de su mamá, dijo que aunque ha sido difícil, a través de la Fundación Leonora Carrington él sigue mostrando su trabajo, y recordó que hace un tiempo su hijo Daniel y él fueron a Irlanda para hablar de la obra de Leonora. 

“Me quedan muchas cosas de ella, porque siempre vuelve a tomar vida a través de exposiciones que se hacen de su obra y los libros que se han publicado en los últimos años”, dijo. Recientemente el Fondo de Cultura Económica publicó en español el libro completo de cuentos escritos por la artista surrealista. 

Además, Gabriel, junto a la curadora Tere Arcq, acaban de publicar El tarot de Leonora Carrington, un libro que habla sobre el ocultismo que tanto le interesaba. “Leonora fue una narradora muy especial; trabajó novela, teatro y cuento corto. De verdad sería una lástima que el público latinoamericano no tuviera acceso a estas narrativas, concluyó.




Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
  • Yazmín Veloz