Una plática con Sara Maldonado: “No borraría mi pasado, es todo lo que soy ahora”

PERSONAJES

La actriz se enfrentó a la etapa más oscura de su vida el año pasado, ahora nos confiesa que regresa a su carrera artística más audaz y con mucha más fuerza que nunca.

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Fotografía: GERMÁN NÁJERA, IVÁN FLORES

Hay coraje en el cambio, en la vulnerabilidad, en la toma de conciencia. Recientemente me topé con un término que me hizo entender esto: life inertia, que es “la tendencia de las personas, una vez establecida una trayectoria de vida, a continuar en ese curso a menos que actúe sobre ella una fuerza mayor”. El coraje, y la valentía también, pueden ser las características más importantes en una persona para cambiar la inercia de la vida, aun cuando actúe una fuerza mayor.

A finales del 2020, Sara Maldonado se enfrentó a la etapa más oscura y dura de su vida, de donde regresó audazmente. En plena pandemia, la actriz se enteró de que estaba embarazada, pero lamentablemente tuvo que someterse a un legrado cuando su doctor le reveló que el bebé no tenía corazón. Sara se cuestionó incluso si ella había hecho algo mal, pero lo afrontó y decidió con su pareja que quería seguir intentándolo y meses después descubrió con ilusión que estaba embarazada de nuevo.

La actriz, de entonces 40 años, pensó que el momento de ser mamá le había llegado. Al regresar con el doctor, este le reveló que de nuevo este bebé no tenía corazón, lo que la llevó a volver a pasar por un aborto en el mismo año y la devastó. En total silencio y shock regresó al set a trabajar, aunque tuvo que volver a encerrarse al dar positivo a coronavirus. Durante ese encierro, en una llamada por Zoom, su pareja le reveló que le había sido infiel el día anterior.


“En ese momento sentí que mi cerebro se rompió”, confesó. Ahí, abrumada, hizo pública su situación al revelarla en Instagram, pues admitió que estando aislada y en medio de una crisis, su celular era lo único que tenía a la mano. A un año de esto, Sara ha descubierto que lidiar con el cambio personal es más que un proceso, es un viaje continuo de exploración. Sobre todo, es un salto de fe. Reconoce su responsabilidad en lo que le ocurrió, en que en un punto dejó de pensar en ella misma y se perdió.

Pero dio ese salto con la convicción de que ya no podía ni quería seguir por el camino que la inercia de su vida actual la había estado llevando. Un salto que le implicó volver a creer en sí misma, en su posibilidad de cambio, pero que también involucró su compromiso de crear una vida nueva, una inercia saludable y la esperanza de que sucederán cosas buenas al comprometerse con ese cambio.

Ahora trabaja en no traicionarse a sí misma. Tras 20 años de carrera artística recién cumplidos desde que apareció en su primera novela, El juego de la vida, regresó al teatro con Prueba perfecta, estrena la serie El galán, con Humberto Zurita, en Star Plus, y en noviembre aparecerá en una película mexicana de zombis. Habrá mucho de Sara este año, una Sara renovada.

Sara, ¿cómo te sientes hoy?

En este momento de mi vida me siento muy agradecida, en paz, tranquila y feliz. Estoy trabajando mucho, enfocada en mi carrera, en lo que me hace feliz, en realmente tomar las decisiones de lo que más amo en la vida y no dejarlas para después. En despertar y hacer lo que me hace feliz, como practicar yoga, realizar ejercicio y pasear en la naturaleza.

¿Cómo vienes este año?

Con muchas ganas, con mucha fuerza, con mucha determinación, también con mucho enfoque a través de un término que se llama drifting, que es tener un punto de enfoque y yo lo tengo muy bien ubicado, que es hacia dónde quiero llegar con mi carrera. Con la posibilidad de regresar a la normalidad me dieron esas ganas de realmente llevar a cabo todo aquello que sentí que no se iba a poder hacer en mucho tiempo.

¿Qué dirías que has aprendido de todo este proceso que viviste?

Que la vida es como una rueda de la fortuna, hay veces en que tienes momentos muy buenos, pero a veces van a haber circunstancias de la vida que ni siquiera están en tus manos. Son inevitables y te pueden causar sufrimiento, dolor, angustia o ponerte en una situación estresante. Pero, lo que he aprendido es a tratar de entender por qué pasaron y que hay cosas que suceden que ni siquiera tienen que ver conmigo o que no las puedo entender… simplemente tengo que atravesarlas sin miedo.

Entonces he aprendido a que, ni modo, si toca sufrir, llorar, gritar, patalear, pues está bien, es parte de un proceso en el que tengo que vivir esa emoción y circunstancia. Pero siempre saber que pase lo que pase, viene algo después.


¿Redescubriste la importancia del amor propio?

Siento que cuando era más joven sí lo tenía muy claro. Realmente hacía todo lo que quería y que necesitaba para mí, pero en algún punto me fui perdiendo, dejé de pensar en mí y empecé a pensar en otras personas. Siento que sí fui perdiendo en algunos años esa capacidad de decidir lo que me hacía bien a mí o lo que realmente quería hacer por complacer a otras personas. Esta montaña rusa de la vida me dio una sacudida, pero me recordó que yo soy la única dueña de mi vida, que tengo que alineando bien conmigo y qué fue lo que hice yo para que me llevaran a una situación que no era plena para mí. Pero, ¿borrar mi pasado? No lo borraría, porque es todo lo que soy ahora, todo ese aprendizaje.

Simplemente aprendo de eso y, si se vuelve a repetir, espero poder abordarlo de una manera diferente.

Y es que al final del día es justo eso, qué aprendizaje sacamos y cómo nos levantamos…

Yo estoy aprendiendo a manejar mi manera de sufrir con esos momentos dolorosos y a dejar de tenerle miedo al dolor, porque también me pasaba eso. Quedas como ciscado y piensas: “Ya no quiero sufrir y no quiero sentir”. Pero si no sintiera, si me privara de tener una experiencia por el miedo a volver a sentirme traicionada, no estaría realmente viviendo. Lo que se aprende es a saber cómo transitar esos momentos que a veces las circunstancias de la vida te las pone o tú misma te pones, cómo atravesarlas de una manera que no sea tan intensa o dramática.

¿La palabra amor ha adquirido un nuevo significado para ti?

Cien por ciento. Sigo creyendo en el amor porque siento amor hacia muchísimas personas, pero lo que cambió en mí fue la idea de amor romántico, el amor que idealiza, que crea expectativas, ese fue el que se transformó en mí. Ya no creo en ese amor tan ciego que incluso te impide ver todo aquello que realmente no quieres tener en tu vida.

¿Consideras que estamos ante una nueva Sara?

Definitivamente. Obviamente soy yo, porque es mi esencia y mi ser, pero he aprendido y trabajo en abrir mi mente a posibilidades diferentes, no quedarme con ideas establecidas.

¿Qué fue lo más importante que hiciste para salir adelante?

Fueron muchas y pequeñas las cosas que hice precisamente para lograr un cambio. En momentos cuando me sentía sumamente triste, cuando no tenía fuerzas ni para levantarme de la cama, ese esfuerzo de ir con alguien a caminar, a platicar, a disfrutar del aire fresco, te lleva a querer hacer otro pequeño cambio. La terapia con una psicóloga, leer ciertos libros, rodearme de las personas que me quieren… son diferentes cosas al mismo tiempo que forman esa gran todo que te ayuda a salir adelante.


Fotografía: Germán Nájera, Iván Flores

Stylist: Aurora M.B.

MUA: Itzel Pacheco

Locación: The Alest


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  • Aracely Garza